sábado, 7 de enero de 2012

Bye bye Navidad

Bueno, al fin se ha terminado la Navidad. No es que no me guste, al contrario, pero tantas comidas, cenas, compromisos, compras, ajetreos..., tantas vueltas en estos días nos descolocan a todos, sobretodo en el plano nutricional. Ahora que hemos pasado esta época de tantos excesos toca ponerse en marcha con los buenos propósitos que tenemos para este 2012, y como ya hemos perdido mucho tiempo de actividad en estos días iré directamente al meollo de la cuestión.

Para realizar un desafío hemos de concienciarnos de forma mental primeramente y de forma física con posterioridad. Lo uno sin lo otro no sirve de nada, podemos ser portentos de la naturaleza que si no planificamos bien lo que vamos a hacer estaremos abocados al fracaso, de igual forma que por comprarnos material deportivo no vamos a lograr llevar a cabo esas tareas si no hacemos uso del mismo para entrenarnos. Es tan obvio que es ridículo que siga explicándolo, solo quiero que quede bien remarcado.

Ante el desafío particular que nos hemos propuesto dejaremos de momento la parte "mental" puesto que si bien en nuestro caso la tenemos prácticamente cubierta, eso es algo más intrínseco a la persona. Me quiero centrar en la parte física para que todos entendáis que si no hay una rutina de trabajo no llegaremos a ningún lado. Antes de seguir quiero que quede bien claro que la expresión "rutina de trabajo" no debemos de identificarla como algo laboral, algo obligatorio que nos pesa y nos desanima, "sin sacrificio no hay victoria" (los Transformers y los Witwicky así nos lo hacen saber...). Vosotros decidiréis cuales serán vuestras medallas, pero para poder colgároslas antes hay que sudar y, sobretodo, divertirse sudando. Enfocadlo de esa forma.

Como comentaba antes, en esta época de excesos misteriosamente a casi todos nos brota un flotador en la cintura que, aunque no lo creáis, no nos avisa de que queda menos para el veranito, la playa y las cervecitas. Son los turrones, los asados, los entremeses, y esos licores tan buenos que nos hemos bebido. Eso tiene que salir de ahí más pronto que tarde, y ahora seguiremos unas pautas de entrenamiento básico para comenzar su eliminación. Yo partiré de mi propia situación para establecer las rutinas iniciales. Antes andaba bastante en bici, hacía rutas majas, de complejidad media, pero desde hace dos meses no hago actividad física alguna, entre viajes y navidades se ha roto el ciclo de entrenamiento y mantenimiento, y ahora me toca "volver a empezar". A día 1 de enero de 2012, mi peso en báscula marca los 91.5 kg, mi altura es de 183 cm y tengo casi 29 años. Sí, correcto, llevo flotador...

1º. Como toca volver a la rutina, hay que plantearse el entrenamiento acorde a los días de trabajo y libres, de tal forma que intentemos poner las actividades que más nos desgastan los días que no tengamos que ir a trabajar.

2º. En función de lo anteriormente dicho hemos de establecer al menos un día de descanso cada 6 de entrenamiento. Aquí hemos de elegir si es un descanso "pasivo" o un descanso "activo". Si optamos por un descanso pasivo, este consistirá en no realizar actividades físicas más allá de las estrictamente necesarias. Si por el contrario queremos hacer un descanso "activo", ese día podremos dedicarlo a hacer un pequeño paseo, que no nos suponga un gran esfuerzo pero si que nos permita "estirar las piernas". El sistema digestivo, el circulatorio, el respiratorio y el excretor agradecerán más un descanso "activo", aunque si la actividad de la semana ha sido realmente dura, un descanso "pasivo" nos reconfortará en gran medida. A vuestra elección queda.

3º. El ritmo inicial de los 15 primeros días será de entrenamiento ligero a base de ejercicios aeróbicos (salto a la comba, sprints en punto fijo, agachada y salto, estiramientos y repetición de movimientos básicos). Una vez pasado este período comenzaremos con actividades más específicas. Si hace tiempo que no hacéis ejercicio la toma de contacto con nuestras "rutinas de trabajo" deben ser comedidas y naturales, no debemos obsesionarnos con marcas que antes conseguíamos, eso nos desmotivará. No estamos en forma, entrenamos para conseguirlo, por tanto es normal que en más de una ocasión nos falte aire, nos de una pájara o aparezcan nuestras amigas las agujetas. Hay que tomárselo con humor, es el mejor reconstituyente. Buscad algo variado, divertido, dinámico pero sin ser explosivo. Algo que os haga sudar, que os haga coger aire con la boca pero que no os agote ni os maree. La gasolina de los músculos es el aire, entrenad en espacios abiertos.

4º Casi más importante que entrenar es estirar, tanto antes como después de cada actividad física. Si, para muchos es un rollo, pero realmente estirar es lo que marca la diferencia entre tejido muscular sano y nudosidades o contracturas. Estirar aporta más rendimiento y salud. En breve os adjuntaré un esquema de estiramientos que tardaréis 3-4 minutos en hacerlos todos.

5º Somos lo que comemos. Hay que adquirir hábitos alimenticios más sanos que los que llevamos hoy en día. Respetemos la regla de comer 5 veces al día, eso hará que nuestro metabolismo esté activo más tiempo y por tanto haremos una quema de calorías más eficiente y de mayor dimensión. Intentemos también introducir más verduras, pescados y carnes limpias como pollo, ternera o pavo, evitando carnes de cerdo (no toda, ya que el jamón serrano es de los alimentos más sanos que pueden existir). Hagamos uso de cereales, arroces y pastas integrales, ya que tienen más cantidad de fibra y el cuerpo los asimila mejor.

Llevo unos cuantos días entrenando aeróbicos, y hoy me he decidido a salir a hacer un poco de raid a la montaña con el perro. He cogido mi camelback, mi perro, y hemos ido montaña arriba corriendo, haciendo 9 km entre ida y vuelta. 1 hora y 20 minutos de escalar por piedras me ha dejado claro que estoy muy verde aún, y me queda mucho trabajo también, pero lo que no me faltan son ganas. Mañana hemos quedado Luis y yo para hacer una ruta inicial, estilo dominguero, para tantear las posibilidades que ofrece esta zona, ya os contaré.

De todo esto os iré hablando con detalle más adelante, pero quiero que quede claro lo básico. Cuidar más lo que comemos y hacer actividad física moderada para comenzar una rutina de entrenamiento correcta, adaptada a nuestras capacidades y necesidades y, sobretodo, saludable. Los límites no los marca el cuerpo, los marca la mente. Tened claro que entrenar es muy importante, pero es vuestro cerebro el que va a haceros subir una empinada cuesta u os castigará haciéndoos bajar de la bicicleta para tener que subirla andando.

Hasta muy pronto compañeros de fatiga. Os dejo con Thor en el paseo de esta mañana.

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